Es un registro de estados de ánimo. Un afán casi científico de congelar un momento de la sociedad, sus tradiciones, sus ornamentos, su ideología. Es la resistencia del pasado. En Vacío la presencia humana es inminente porque en todo se le alude. Está presente en su más absoluta ausencia. Es una realidad de atrezzo en la que nada crece fácilmente y nada muere del todo.
(Alejandro González, La Habana, 2002)