«Había un hombre que nació ciego. Nunca había visto el sol y preguntó cómo era a la gente que podía verlo. “La forma del sol es como la de una bandeja de cobre”. El hombre ciego golpeó una bandeja de cobre y sintió un sonido. Más tarde, cuando sintió el sonido de la campanilla, pensó que era el sol. Alguien le dijo: “La luz del sol es como la de una bujía”, y el hombre palpo una bujía y pensó que era la forma del sol. Más tarde tocó una llave (grande) y pensó que era el sol. El sol es muy diferente de una campanilla o de una llave, pero un ciego nunca puede saber la diferencia porque nunca ha visto al sol. La verdad (Tao) es más difícil de ver que el sol, y cuando la gente no la ve se halla en la misma situación que el ciego. Aunque tratéis en la mejor forma posible de explicarte mediante analogías y ejemplo, parecerá siempre como la analogía de la bandeja de cobre y la bujía. De lo que se dice de la bandeja de cobre uno imagina una campanilla, y de lo que se dice de una bujía uno imagina una llave. En esta forma, uno se aparta más y más de la verdad. Los que hablan de Tao dan a veces acuerdo a los que le parece ver, o imaginan algo que no ven. Esos son los errores que se cometen cuándo nos esforzamos en entender a Tao».
Su Tung-Po.