Después del triunfo de la Revolución cubana el gobierno construyo en cada pueblo del país precarios anfiteatros. Estos se utilizaban para actividades políticas y culturales, servían de espacio para fomentar la ideología del país. Actualmente la gran mayoría de ellos están en desuso, manifestando la impermanencia de las ideas.
Me interesa la presencia de estos anfiteatros en el paisaje, son elementos que cuentan su propia historia y la que está por venir. Me atrae la carga metafísica que estos sitios atesoran. Sus apariencias son como si nos estuviera invitando a construir una nueva historia.
(Alejandro Campins)