El teatro negro –como técnica escénica– encierra en sus límites de penumbra la incertidumbre de no saber qué hay del otro lado: qué poder mueve –desde las sombras– los elementos que cuentan la historia. En esta serie, doce escenas pautan y sintetizan el devenir de movimientos sociales (líder, doctrina, enemigo, mártir, revolución, etc.), enunciando una peligrosa tendencia cíclica. Nación y futuro son consultados en este pequeño retablo de figuras de plomo.
(Alejandro González, 2016)