Con esta exposición, la séptima del proyecto conjunto entre el Estudio Figueroa-Vives y la Embajada del Reino de Noruega, culminó la misión diplomática del embajador John Petter Opdhal en Cuba –hecho considerado por algunos como posible fin del proyecto– al tiempo que se apostaba por la continuidad de la relación. De ahí la alusión a procesos de ruptura y continuidad que su título encierra, condiciones también extensibles a toda la creación artística. Fueron invitados todos los artistas que hasta ese momento habían participado en las anteriores muestras, pero en este caso con obras que mostraran procesos abruptamente interrumpidos; u otras cuya continuidad es parte esencial de su naturaleza. A través de videos, fotografías, pinturas, instalaciones y obras de new media, lo interrupto y lo continuo permitía también pensar en procesos similares tanto en la política, la sociedad, la naturaleza, las relaciones interpersonales y en cada aspecto de la cotidianeidad. Lo interrupto y lo continuo son también circunstancias en plena discusión en la sociedad cubana hoy, ubicada en la encrucijada entre la perpetuidad y el cambio. Con esta exposición se cumplían los dos primeros años de colaboración entre ambas sedes.